If God had not made Sherry, how imperfect his work would have been.

I believe that if I should die, and you were to walk near my grave, from the very depths of the earth I would hear your footsteps.

—Antes me formaba yo idea del día y de la noche. ¿Cómo? Verás: era de día, cuando hablaba la gente; era de noche, cuando la gente callaba y cantaban los gallos. Ahora no hago las mismas comparaciones. Es de día, cuando estamos juntos tú y yo; es de noche, cuando nos separamos.—¡Ay, divina Madre de Dios!— exclamó la Nela, echándose atrás las guedejas que le caían sobre la frente. —A mí, que tengo ojos, me parece lo mismo.

...ni al mar irritado, ni a los monstruos acuáticos, ni a la ruidosa tempestad, ni al cielo, ni a la tierra; no tenía miedo a cosa alguna creada por Dios más que a su bendita mujer.

—¿Qué sientes tú cuando estás alegre?—¿Cuándo estoy libre, contigo, solos los dos en el campo?—Sí.—Pues siento que me nace dentro del pecho una frescura, una suavidaddulce...—¡Ahí te quiero ver! ¡Madre de Dios! Pues ya sabes cómo brilla el sol.

¿Zaragoza se rendirá? La muerte al que esto diga.Zaragoza no se rinde. La reducirán a polvo: de sus históricas casas no quedará ladrillo sobre ladrillo; caerán sus cien templos; su suelo abriráse vomitando llamas; y lanzados al aire los cimientos, caerán las tejas al fondo de los pozos; pero entre los escombros y entre los muertos habrá siempre una lengua viva para decir que Zaragoza no se rinde.

Todo el barrio se mueve; pero calla a la vez. Mil emociones se chocan; mil dolores son ahogados; mil lazos de amor y familia se quiebran; mil almas vuelan; pero todo esto se verifica en silencio, en medio de un movimiento automático y vertiginoso. Todo el barrio se mueve; pero calla a la vez. Sólo un ser (¡fatal excepción!) descansa y ronca en esta noche de muerte: es la partera. En tales noches no nace nadie.

Another circumstance of note was the fact that they never spoke about the past: that particular novel, they both seemed to agree, was over and done with, doubtless because it seemed so improbable and false, rather like the books we were mad about in our youth and which, in our maturity, seem somewhat paltry.

Eres un ángel, y yo te quiero como un tonto.

The passion of the collector when confronted with a rare item, the enthusiasm of a hunter who sees a fine, handsome beast, can give us no idea of the tremendous love of clothes in some women.